Las caimaneras son competencias informales donde todo se regula mutuo acuerdo. Esto es lo que caracteriza a estos eventos populares: un grupo de aficionados se reúne para practicar un deporte; “pican” o seleccionan a los miembros de cada equipo y compiten sin llevar el tiempo y sin necesidad de árbitros. Ojalá que las relaciones sociales pudieran desarrollarse de esa manera y los odios y los conflictos desaparecieran.
En Los Olivos las caimaneras futbolísticas se juegan desde su fundación: primero el escenario era cualquier terreno donde se colocaban piedras como imaginarias porterías; después se construyó un campo de fútbol, en el terreno que hoy ocupa el centro comercial, frente a la iglesia y, por último, en la cancha que hoy disfrutamos.
La caimanera más importante y tradicional es la del 24 de diciembre: un evento que poco a poco trasciende lo deportivo para convertirse en un gran encuentro socio-vecinal de Navidad. Empezó como una simple competencia entre solteros y casados para convertirse en una fiesta decembrina.
La caimanera Oliveña se ha hecho famosa en la ciudad: hasta integrantes de la vinotinto han “pateado” los 24 de diciembre en los Olivos, cuando el vecindario se acerca a compartir en este evento.
Es muy difícil nombrar a todos los protagonistas de esta historia llena de anécdotas, donde destaca la presencia de Tiziano, que según dicen ha participado en todas las caimaneras; o la destreza de Jose Antonio” para “robarse el pique” y agarrar siempre a los mejores jugadores para su equipo. Y mucho otros que se “entonaban y entonan” para aportar al evento el mejor capital del ser humano: “trasmitir alegría”
La caimanera siempre trae novedades: el año pasado la nota destacada fue el aterrizaje de San Nicolás en helicóptero y la calidad de las exquisiteces que disfrutaron los asistentes; este año la cosa se presenta más atractiva, con la inauguración de dos canchas de grama artificial, y otras sorpresas que promete Manolo y su equipo de organizadores.
Pero lo más grande es la amistad: la caimanera es la oportunidad para demostrar que Los Olivos es mucho mas que un espacio para vivir, es la historia de un gran sentimiento: el cariño entre los vecinos. Aunque muchos amigos ya no están presentes: siempre se recuerda a Carlitos, Franco y muchos otros que ahora se me escapan. Y este año es inevitable hablar del carismático “Poli” todo un personaje de nuestra historia, nuestras calles y nuestra cancha que partió hace poco. El poli siempre estuvo viendo la vida desde las gradas, con una “filosófia de caimanera” que se manifestaba en sus frases celebres: ¿Como estas Poli? “fregao pero acostumbrao”.
En fin, otra vez la Navidad y la caimanera del 24, que siempre se disfruta en Los Olivos y nos quiere recordar que solo lo que nace del cariño y la ternura permanece. ¡Ojala que esto lo entienda el país!.
Y como ahora las imágenes son más importantes que las palabras, a continucaciòn se inicia la galería de La caimanera. Invitando a quienes quieran participar a que envíen sus fotos.
Los de siempre y los que faltan en la foto
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Talento que no se olvida
Los de siempre y los que faltan en la foto
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Talento que no se olvida