Los Olivos en 1968, cuando, todavía no era Puerto Ordaz

domingo, 12 de enero de 2020

Perdidos en Toro Muerto


Laureano Rodriguez (hoy)
Cuando Los Olivos no era Puerto Ordaz, contaba con  lugares paradisíacos que regalaba la orilla del  Caroní. Desde el sector Los Pedregales, ubicado más o menos donde ahora está el Centro Ítalo venezolano, hasta El Silencio, al lado del acueducto del antiguo INOS (hoy Hidrobolivar), había playas, lagunas, caños y muchas otras cosas que luego desaparecieron con la represa. Era  la oferta de la naturaleza que invitaba a los vecinos a vivir en sintonía con ella

Se dice repetidamente que, Puerto Ordaz es una ciudad que siempre ha vivido de espaldas al rio, pero en Los Olivos eso no era así, porque constantemente se realizaban actividades turísticas, deportes náuticos, caza, pesca y muchas otras donde el río era protagonista .

Pero la naturaleza siempre trae algunos problemas, porque las orillas de los ríos son riesgosas  y eso preocupaba a los padres, ya que no había mayor placer para los muchachos de aquellos días que “irse para Toro muerto”. Mas de uno se perdió en el lugar causando angustia y preocupación, como fue la desaparición de Laureano Rodriguez,  Dorian Medina y Walter Acosta, que salieron a pescar y se aparecieron dos días después cuando los familiares ya temían lo peor

Cuenta Laureano Rodríguez (el de la foto) que, como de costumbre salieron a pescar en una orilla donde los árboles casi penetraban al agua y, sentados cómodamente en las ramas se podían lanzar los anzuelos al agua. Pero se encontraron inesperadamente atrapados en un grave problema: cuando abrían las compuertas de Guri, el nivel del río subía de manera rápida y considerable y eso ocurrió en aquel momento. El río comenzó a subir obligándolos a trepar a lo mas alto de los árboles donde tuvieron que pasar la tarde, la noche y el día siguiente, hasta que las aguas bajaron nuevamente y pudieron salir y regresar a sus casa.

Más de uno se perdió en Toro Muerto. Una Semana Santa, cuando al bajar el río, en el silencio se formaba una gran playa que se llenaba de temporadistas, de la misma manera que las playas de Sucre y Anzoátegui, mi hermano Gustavo, que tendría unos seis años, se perdió entre el río y el gentío por más de tres horas, hasta que apareció tranquilamente como si no hubiera pasado nada.

Toro muerto esta lleno de historias,-igual que Los Olivos- pero creo que una de las que causó más revuelo fue la desaparición de Laureano,Dorian y Walter, porque hasta las autoridades locales intervinieron tratando de localizarlos sin éxito en medio de la angustia de los familiares y vecinos. Gracias a Dios que solo fue un gran susto. Luego aparecieron temerosos, no por el peligro del que se habían salvado, sino por lo que les esperaba en la casa, ya que en aquellas épocas no existía la LOPNA y el castigo corporal era el mejor remedio para las imprudencias y la desobediencia.

 Hoy Toro Muerto, el paraíso de ayer, está debajo de las aguas  y solo queda los sectores populares que pueblan la orilla del río. Pero sus historias están vivas en el recuerdo de sus protagonistas, que ojalá se animen a contarlas, como lo hace Laureano, que no se olvida de los días y noches que pasó en la "copa  una mata" rodeado de agua y esos bichos que siempre traen las inundaciones repentinas.

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